Tab Hunter, Natalie Wood, Skip Homeier, Earl Holliman, Claude Akins, Ray Teal. Director: Stuart Heisler:
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CRITICA EN EL PERIODICO "LA VANGUARDIA" (31-3-1962)
"Western" clásico y típico, con todos los requisitos, bastante elementales y primitivos, que exige este género, tal como se hacían en los tiempos de Tony Mix. El color y el cinemascope han provisto a la realización relieve y novedad. Por lo demás, se diría que por el cine "por el cine de Stuart Heísler, realizador del film" no ha pasado el tiempo. El clima, el argumento, los paisajes y los personajes son los clásicos. Hay grandes galopadas, tiros a granel, un combate con los indios comanches, previsibles peleas cuerpo a cuerpo y una persecución persistente, infatigable frenética y cruel, en la que los "malos", los perseguidores, que son muchos, acaban siendo liquidados por el "bueno", que es uno sólo. Pero éste es un hombre joven, templado y de gran corazón, a quien Dios y el amor "éste en forma de una guapaza mestiza" ayudan a escapar ileso de todos los riesgos y acechanzas. Naturalmente, todo esto no deja de tener su emoción. Emoción ingenua, unas veces; otras vigorosa, y otras enrevesada de la sorpresa que tales abominables seres hayan podido poblar algún día el Oeste americano. En ocasiones, uno pregunta cómo si todos estos horrores eran cosa corriente en el Far West, para nadie llegar a viejo en aquellas tierras ásperas, desérticas y ardientes. Pero la verdad es que sobrevivieron aunque fuesen pocos. En "Colinas Ardientes" sólo escapa con vida uno "el bueno" de los treinta o cuarenta que entran en acción. Es posible que de esta manera "es decir matando tantos malos" el país se depurará y haya llegado a ser la gran nación que és hoy. Enfocadas las cosas así "como grandes matanzas de malos" el western viene a darnos una visión muy elocuente y expresiva de la historia de Estados Unidos. Todos los malos murieron en el Oeste a manos de los buenos, con infalible puntería. Luego, los buenos van liderando, como era natural. El film, ha sido realizado en color con bastante pericia. La camara es movida con precisión y tino, los hoscos personajes "westernianos" aparecen caracterizados con esa sorprendente maestría a que ha llegado en el género el cine de Hollywood. Los dos principales intérpretes son Tab Hunter "no hay que confundir con Jefrey Hunter" y Natalie Wood. Son dos artistas jóvenes, pero de gran temperamento, y destinados a alcanzar el estrellato sólido. Sobre todo, ella una joven de fuerte personalidad y original belleza, con grandes ojos negros y un buen estilo de comedianta, dando vida, a la figura de una mestiza de yanqui y mejicana. Natalie Wood alcanza realmente cotas de gran acierto. A. MARTÍNEZ TOMAS.
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The Burning Hills is directed by Stuart Heisler and adapted by Irvin A. Wallace from the novel written by Louis L'Amour. It stars Tab Hunter, Natalie Wood, Skip Homeier, Eduard Franz, Earl Holliman, Claude Akins & Ray Teal. It's a CinemaScope/Warnercolor production, with Ted McCord photographing primarily out of the Warner Ranch at Calabasas, California, and David Buttolph scores the music. Plot sees Hunter as Trace Jordan, who after finding his brother murdered seeks revenge on the killers. He is aided in his quest by Maria (Wood), a half-breed Mexican girl who has her own agenda to fulfill. Stock formula Oater that puts two attractive young actors at the front in the hope that that will be enough to see it home. OK, maybe that's being a touch harsh since the film does have some moments to make a viewing worthwhile, notably McCord's use of "Scope" and Heisler's more than competent construction of action sequences. But there's so much turgid filler in between the good points it just comes across as a movie made to promote Hunter and Wood. Which would have been OK if they wasn't outshone by pretty much the whole supporting cast! There in is the major issue with The Burning Hills, one look at Ray Teal's gang sees fine character actors Holliman and Akins wasted, while I would defy anyone to argue that Homeier would not have given a better performance than that of the blankly wooden Hunter in the lead role. Clearly it's an aesthetic decision by Richard Whorf and the Warner Bros people. However, if able to forgive the "tween" like romance that hangs heavy on proceedings? Then it's a film for genre fans to pass the time away with. The revenge core in the narrative stays true, and the finale raises the temperature for all the right reasons, where, Heisler makes good use of the water based set-up. Look out too for the unsung work of the stunt men, with one particular moment showing how they suffer for their art. The Warnercolor is sadly a bit lifeless on this occasion, but the print of the film that exists is hardly one to write home about, while Buttolph's score is pretty much standard rank and file for a bottom rung "B" Western feature.
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