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CRITICA EN EL PERIÓDICO "LA VANGUARDIA" (23-9-1951)
Situada exactamente en el punto entremedio de la trayectoria creativa que acostumbra seguir el cine americano en sus comedias mas típicas, esta película se ciñe fielmente a las leyes inconmovibles del género, y pespunteando la anécdota de situaciones graciosas, de mucho sentido cinematográfico, de momentos primorosamente preparados, repite en lo esencial y en buena parte de lo accesorio los elementos humanos y ambientales conocidos a través de varias producciones análogas. La novedad de "Que vida Esta" es algo, pues, muy relativo; sin embargo es oportuno concretar que la ambición más caramente defiende la película va a un milímetro más allá de un laudable propósito de entretener, y dado que lo consigue con frecuencia, entendemos que era el de la diversión, pueden ser disculpadas las fisuras que aparecen de vez en vez, sobre todo en lo que se refiere al ritmo desigual de la cinta, una vivaz y alegre otra lenta y discreta, empeñado en dilatar una historieta entre sentimental y cómica que no permite demasiados artificios y circunloquios. transcurre la acción del filme en un desvencijado rancho americano, al que va a parar una distinguida compositora de música moderna, casada con un sencillo y a las veces rudo vaquero. Los tremendos conflictos caseros que debe resolver la improvisada "cow-girl", y la expresión incrementada súbitamente su familia con dos hijas del anterior matrimonio de su esposo, constituyen el punto de partida y la justificación de toda la película. Como podrá observar el lector, existen precedentes concretos de este asunto comediografico tan del gusto del cine americano. No obstante, ello no impide para que "Que vida Esta" disponga de resortes hilarantes de eficacia y ofrezca varios atractivos, entre ellos, una interpretación muy graciosa de Irene Dunne, que triunfa valerosamente de un papel al margen de sus habituales interpretaciones, acompañada de Fred Mac Murray, de Andy Devine "ambos sin moverse ni un ápice de sus maneras peculiares" y de ese par de chiquillas que son Natalie Wood y Gigi Perreau. H. S. G.
IRENE DUNNE, for some strange reason, is called "Buckshot" by her cowboy husband FRED MacMURRAY. That alone is supposed to be funny and endearing. Not. Too bad that after the smash success of films like LIFE WITH FATHER, Irene Dunne was so desperate for good parts that she agreed to settle for a film like this--tedious, predictable, banal sort of comedy that struggles manfully to be funny by putting her through some slapstick paces that are about as funny as a stubbed toe. Occasionally there's a lull in the proceedings that gives Dunne and MacMurray a chance to remind us that they're still the same old likable stars. But then the script takes over again and forces them to play a series of unlikely scenes. For good measure, they have two obnoxious girls (played by a plain looking Natalie Wood who clearly did have an awkward stage, and Gigi Perreau). They add nothing to the charm or situations which strain for laughs. One of the comedic highlights is supposedly when Dunne shoots a neighbor's pet bull. You get my drift.
You can skip this one. Even the presence of two top-flight stars can't save it from being the most inappropriately titled comedy of the decade.
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